Neandertales by Rebecca Wragg Sykes

autor:Rebecca Wragg Sykes [Wragg Sykes, Rebecca]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Ciencias naturales
editor: ePubLibre
publicado: 2020-01-01T00:00:00+00:00

PIEDRAS SOCIALES

Existe otra posibilidad que explicaría algunos de los utensilios líticos procedentes de fuentes de piedra remotas, pero casi nunca se discute en serio: el intercambio. Dar y recibir objetos o recursos como la comida es una manera fundamental de establecer relaciones entre humanos de toda clase y condición, y especialmente importante para cazadores-recolectores que viven en poblaciones pequeñas y no se encuentran a menudo. Pese a los indicios (como veremos después) de que algunos neandertales estaban aislados genéticamente, esto no siempre era así.

Como homínidos atentos a todo lo que ocurría en las regiones que habitaban, sin duda habrían advertido al instante la presencia de otros grupos y se habrían producido encuentros. Los prehistoriadores han considerado durante mucho tiempo que dichos encuentros habrían sido probablemente hostiles, pero no hay ninguna razón de peso para creerlo. Los neandertales vivían en contextos sociales donde la comida se procuraba mediante la cooperación y era compartida, así que la idea de intercambiar cosas con parientes cercanos integrados en otros grupos —⁠o incluso con desconocidos⁠— quizá no resultaba extraña.

Todas estas cuestiones sobre sistemas sociales y movilidad desembocan en cómo estaban estructuradas las sociedades neandertales. Los cálculos de población total rondan las decenas de miles de individuos o incluso menos. En cualquier momento dado, el número de neandertales que deambulaban de un lado a otro pudo ser inferior al de los pasajeros de cercanías que pasan a diario por Clapham Junction, la estación ferroviaria más concurrida de Londres. ¿Podemos decir algo sobre la organización de los grupos, más allá de que a veces parecen subdivididos en unidades más pequeñas?

Algunos estudios sobre cazadores-recolectores recientes establecen un promedio de unas veinticinco personas que, en buena parte, viven y viajan juntas. Conocidas como «bandas», son entidades fluidas: algunas permanecen juntas, otras se dividen habitualmente para determinadas actividades, que podrían ser partidas de caza o incluso una pareja de adultos con niños que se marchan para llevar una vida independiente en verano. Los reagrupamientos temporales podrían producirse por muchos motivos, como nacimientos inminentes o el mero deseo de visitar a unos parientes.

Percibir fenómenos de este tipo en el registro arqueológico de los neandertales es difícil pero no imposible. Pueden situarse entre cuatro y diez humanos en torno a cada hogar, normalmente con una separación de entre 1,5 y 2 m. Una actividad tan sincrónica, los múltiples fuegos y, sobre todo, los vertederos de desechos en lugares como el Abric Romaní apuntan a grupos de entre diez y veinte individuos: el tamaño típico de una banda.

Un yacimiento exhaustivamente excavado es quizá lo más parecido que jamás encontraremos a una fotografía de grupo. Le Rozel, en la costa noroccidental de Francia, contiene muchos estratos arenosos junto a un acantilado y unas dunas. Sorprendentemente, una serie de niveles con una antigüedad de unos 80 ka conserva cientos de pisadas. En la fase más rica, las comparaciones de tamaño demuestran que aquí hubo al menos cuatro y probablemente más de diez individuos; y lo más fascinante es que la mayoría eran adolescentes y niños de solo 2 años.

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